jueves, 18 de octubre de 2012

Técnicas del Esmaltado al Fuego

 
 
 
Las técnicas usadas para la incorporación del esmalte al metal son diversas. El procedimiento del alveolado o tabicado (cloisonné) es descrito minuciosamente, a fines del siglo XII, por el monje Teófilo, en su tratado Schedula Diversarum Artium o De Diversis Artibus. Se aplica básicamente sobre oro y plata.

El excavado o campeado (champlevé) es un sistema propio de Occidente cuyo uso se remonta a la Segunda Edad de Hierro. Filostrato de Lemnos (corte del emperador Severo, comienzos del siglo III) nos da testimonio de cómo "Los Bárbaros, habitantes del Océano extienden colores sobre el cobre ardiente, que una vez enfriados se convierten en un esmalte duro como la piedra". Su uso desaparece casi por completo en la Europa de las Invasiones y será el procedimiento habitual del mundo románico. El metal utilizado suele ser cobre que se sobredora para mantener el brillo del oro.

El esmalte sobre relieve (basse-taille) se aplica sobre plata u oro, sustituyendo el esmalte opaco por el traslúcido. El cambio se produce a fines del siglo XIII en Italia y cubre la época del gótico

El esmalte de plique-à-jour, o técnica del fenestrado, supone una variante del alveolado que se utiliza sobre todo entre el siglo XIV y el XVI.

El esmalte sobre bulto redondo (Ronde Bosse) requiere la aplicación de los colores a la escultura. Se desarrolla especialmente a fines del siglo XIV y comienzos del siglo XV

La pintura en esmalte cobra auge a partir del siglo XV y hasta los siglos XVII-XVIII. Usada sobre cobre alcanza su mayor apogeo en Limoges hasta el punto de conocerse genéricamente como "Esmalte Limosín", creándose auténticas dinastías de esmaltadores. Variantes de esta técnica son la grisalla y el empleo de "paillons".

En la pintura sobre esmalte, que se generaliza a partir del siglo XVII, el principal instrumento es el pincel de forma que el esmaltador actúa como un pintor. Esta técnica se inicia tímidamente en Limoges pero se desarrolla con rapidez y gran éxito en Ginebra formándose una escuela de esmaltadores. La figura más importante será Jean Petitot (1607-1691). La segunda mitad del siglo XVIII y parte del siglo XIX será el momento de la miniatura sobre esmalte pero sin continuación en los años siguientes.

Sin embargo, desde mitad del siglo XIX hubo numerosos intentos de recuperar las distintas técnicas de la esmaltería, dentro de un contexto de revalorización del mundo medieval y renacentista que llevó a crear, entre otras, una sección de esmaltes en la manufactura de Sevres, bajo la dirección de Meyer- Heine. A partir de aquí asistimos a una nueva oleada de importantes artistas, destacando Claudio Popelin, así como al incremento del fraude en el mercado